Los puntos críticos para optimizar la siembra de colza
Los puntos críticos para optimizar la siembra de colza
La viabilidad de un cultivo de colza debe garantizarse desde la fase de siembra, ya que una buena implantación en este momento es fundamental para lograr una producción adecuada.
Optimización del calendario de siembra
Cuando acaba el tiempo veraniego, llega el momento de la siembra de colza; si bien se trata de uno de los cultivos que más depende del clima, la colza ofrece buen potencial de rendimiento, tanto en regadío, como en secano.
En cuanto a la fecha idónea de siembra, si existen previsiones de lluvias suficientes, se recomienda sembrar antes de que se anuncien las precipitaciones y no esperar a que se hayan producido.
Del mismo modo, para la siembra directa de colza es recomendable adelantar unos días las labores para beneficiarse de temperaturas más favorables para un rápido desarrollo de la planta.
Adaptación del cultivo de colza al tipo de suelo
Aparte de recomendar una analítica del terreno para valorar el tipo de fertilización, la preparación de la siembra varía según el tipo de suelo.
En suelos arcillosos es preciso actuar justo tras la cosecha de la campaña anterior con pases cruzados de laboreo superficial y evitar el laboreo tardío. Del mismo modo, también hay que evitar el trabajo profundo (para no secar el suelo) y la creación de terrones por el trabajo profundo en terreno compactado.
Respecto a suelos franco-arenosos, como regla general se recomienda no trabajar el suelo para preservar la humedad durante los 15 días previos a la siembra.
Las labores en bandas, idóneas para este terreno, pueden realizarse a la vez que las de siembra. Sin embargo, debe lograrse la fragmentación del terreno sin crear un suelo demasiado fino por la acumulación de pases.
Planificar la densidad de siembra
Un trabajo de siembra otoñal optimizado, que garantice la salud del cultivo, tendrá una densidad máxima recomendada de 20-35 plantas por m². Para este fin, el trabajo con sembradora monograno es preferible a la siembra con maquinaria de chorrillo.
La sembradora monograno permite una distribución regular de la semilla, con mejor contacto con el suelo y administración, si es preciso, del «abono de arranque». Respecto a la profundidad, la idónea para sembrar colza son 2 cm y jamás debe superar los 4 cm.
Elegir la mejor variedad de colza
La selección varietal de colza depende de ciertas especificaciones, además de la obvia de escoger la semilla más productiva, como la resistencia a las principales enfermedades del cultivo. Entre ellas destaca la virosis TuYV que transmiten los pulgones y puede confundirse con una carencia nutricional.
Junto al citado requisito, la selección de la semilla debe tener en cuenta el vigor otoñal de la zona, porque reduce la exposición a las plagas y asegura la rápida implantación con vista a la parada invernal, con un estado de desarrollo óptimo (3-4 hojas) para combatir el frío y suficientes reservas cara a la primavera.
Otras características deseables de la semilla de colza son la capacidad de almacenar reservas de N en sus órganos vegetativos y la resistencia a la dehiscencia de las vainas durante la cosecha.