Consejos efectivos para minimizar la pérdida de fertilizantes en frutales

Consejos efectivos para minimizar la pérdida de fertilizantes en frutales

Infografía fertilizantes convencionales vs encapsulados

Entre las estrategias que se adoptan en la agricultura para minimizar la pérdida de abono frutal, figuran en un lugar preferente los fertilizantes de liberación controlada, o CRF.

Esta modalidad de fertilizantes libera los nutrientes a un ritmo determinado y previsible en vez de producirse desde el momento de su aplicación.

Gracias a esta cualidad, el CRF aporta una eficiencia superior a la fertilización nitrogenada tradicional mediante la liberación continua del abono, lo que previene el estrés de la planta por deficiencia de nutrientes.

El manejo del nitrógeno en la agricultura plantea desafíos, como su transformación en nitrato por la acción de microorganismos, las pérdidas por lixiviación y la desnitrificación por la humedad del terreno.

Además de la reducción de la eficiencia del abono frutal, la pérdida de nitrógeno tiene consecuencias negativas a nivel ambiental. Por una parte, el N perdido en forma de amonio incrementa el pH de la lluvia y, por otra, si se convierte en nitrato, puede llegar hasta los acuíferos y reducirá la calidad del agua.

 

Formulaciones de CRF adaptadas para múltiples cultivos, terrenos y climas

Se comercializan CRF con formulaciones adaptadas específicamente para diversos tipos de cultivo, suelos y climas. Esta familia de fertilizantes permite una dosificación precisa del suministro de nutrientes, lo que optimiza la eficiencia del abono frutal y reduce su impacto en el medio ambiente.

Desde el punto de vista económico, los CRF también destacan por la optimización de la rentabilidad del cultivo, porque se usa la cantidad justa y con una sola aplicación, lo que redunda en ahorro de costes laborales y de combustible de maquinaria.

 

¿Cómo funciona un abono de liberación controlada?

Un fertilizante de liberación controlada se compone de gránulos con un núcleo de nutrientes recubierto por capas de un grosor determinado que reacciona a la humedad. Tras administrarse el producto, la tasa de liberación depende del agua que recibe el gránulo y la temperatura.

Los CRF son de dos tipos: los fertilizantes de liberación controlada con gránulos recubiertos de polímero, que son los más eficientes, y los fertilizantes recubiertos de polímeros/azufre (PSCF).

Los fertilizantes recubiertos con azufre son abonos frutales híbridos, más económicos, que utilizan un primer recubrimiento de azufre sobre otra capa de polímero, encargada de la liberación controlada de nutrientes.

El mecanismo de liberación de los CRF pasa por dos etapas: tras aplicar el abono frutal en el suelo, queda expuesto a la humedad y entonces, al infiltrarse el vapor de agua en el gránulo se produce un aumento de la presión osmótica de la solución fertilizante soluble que contiene.

Acto seguido, al elevarse la presión osmótica dentro del gránulo, el fertilizante se expulsa a través de los microporos del recubrimiento y llega hasta el terreno.

Cabe reseñar que el factor de transformación del N por la acción de microorganismos no es relevante en las modalidades de CRF con recubrimiento de polímero, pero sí que debe tenerse en cuenta en los fertilizantes con recubrimiento de azufre.

En Silos del Cinca ofrecemos el fertilizante Agromaster de ICL, desarrollado con la innovadora tecnología E-Max (CRF). Contamos con formulaciones específicas diseñadas para frutales y cultivos como cereal y maíz, adaptadas a tus necesidades agronómicas.

 

Imagen en microscopio de la tecnología de liberación E-Max.

Imagen en microscopio de la tecnología de liberación E-Max.

 

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