Los ciclos de madurez del maíz: el sistema FAO
Los ciclos de madurez del maíz: el sistema FAO
Los ciclos FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) es un sistema creado en 1952 para clasificar variedades de maíz según los días transcurridos entre la siembra y la madurez fisiológica de la planta o su cosecha.
Al conocer el ciclo FAO del maíz, el agricultor conoce con su comportamiento en condiciones ideales y puede seleccionar la variedad que encaja mejor en una región y un clima específico.
Los ciclos FAO son los siguientes:
- Ciclo FAO 200, entre 86 y 95 días.
- Ciclo FAO 300, entre 90 y 105 días.
- Ciclo FAO 400, entre 106 y 115 días.
- Ciclo FAO 500, entre 116 y 120 días.
- Ciclo FAO 600, entre 121 y 130 días.
- Ciclo FAO 700, entre 131 140 días.
- Ciclo FAO 800, entre 141 y 150 días.
- Ciclo FAO 900, entre 151 y 160 días.
- Ciclo FAO 1000, más de 161 días.
La integral térmica y el ciclo FAO
El ciclo del maíz depende de la integral térmica: la suma de temperaturas diarias que el maíz acumula desde la siembra, hasta la cosecha (silo) o hasta su maduración (grano) en condiciones ideales.
Por ejemplo:, menos de 1826 grados-día, requiere ciclos FAO cortos (100-200) y, en el otro extremo, más de 2176 grados-día requiere un ciclo FAO 800.
En este sentido, se usaron como referencia del sistema de ciclos FAO las condiciones edafoclimáticas del cinturón maicero estadounidense (Corn Belt) que se extiende por los estados de Iowa, Nebraska, Illinois y Minnesota, principalmente.
Por tanto, el agricultor de otra zona o país, deberá considerar las variables de su propia región para adaptar el ciclo FAO.
Cómo elegir el ciclo FAO del maíz
Los ciclos FAO más habituales van desde el 200 al 700. Las variedades recomendables, si las condiciones lo permiten, son aquellas con el ciclo más largo posible para maximizar la producción con una correcta maduración.
Las variables que más influyen a la hora de elegir maíz de un ciclo u otro son la fecha de siembra y la altitud sobre el nivel del mar.
Por ejemplo, en siembras tempranas a baja altitud conviene elegir ciclos largos (FAO 600 y FAO 700), que se reducen paulatinamente según se retrasa la siembra o se incremente la altitud, llegando a semillas FAO 200 en siembras de junio a más de 500 metros sobre el nivel del mar.
Junto a esas variables también hay que considerar el clima de esa campaña para ajustar el ciclo FAO a la citada integral térmica. Por ejemplo, en ciertas áreas puede convenir la siembra de variedades con ciclos cortos para cosechar antes de la llegada de condiciones desfavorables.
También, en un año más frío de lo normal, el agricultor sabrá que aumentarán los días necesarios para que la planta alcance la madurez, y viceversa en caso de una temporada más calurosa.
Otra variable a tener en cuenta es el riesgo que puede asumir el agricultor, al sembrar un FAO más largo en un año más caluroso de lo normal, o variedades con un ciclo FAO corto si la temporada se prevé fresca.
Tras la selección del ciclo FAO, entonces ya se puede escoger la variedad de maíz según el uso al que esté destinado (alimentación animal, etc).
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